“Salir” como depresivo es una tarea muy pesada y puede
sentirse especialmente difícil cuando no te sientes seguro de hacerlo; sin
embargo, abrirnos con nuestros seres queridos puede ser altamente beneficioso
ya que quitamos el esfuerzo de esconder la enfermedad, se reducen los
sentimientos de vergüenza y logramos construir redes de apoyo.
Hay muchas preguntas que podemos hacernos a nosotros
mismos cuando estamos contemplando la idea de hablar con nuestros seres
queridos sobre nuestra depresión.
¿Cuál es la mejor manera de decirles?
¿Qué debo decir?
¿Cómo irán a reaccionar?
¿Qué debo decir?
¿Cómo irán a reaccionar?
Las respuestas a todas estas preguntas variarán por
supuesto de persona a persona, después de todo, todos somos diferentes.
Solamente tu puedes decidir, cuando estés teniendo esa conversación, qué es lo
que mejor funciona para ti y tus seres queridos.
A continuación hablaremos de algunos lineamientos con
ejemplos de personas reales que han hablado con sus seres queridos sobre este
tema.
CÓMO SACAR EL TEMA
Lo primero que tenemos que considerar es CÓMO quieres
decirles a tus seres queridos acerca de tu depresión. Hay diferentes y variadas
formas en que puedes hacerlo.
Para algunos, la conversación cara a cara es la que les
funciona mejor:
“Para
mi hacerlo cara a cara es esencial, nada me resulta más estresante que tener
que esperar entre enviar un mensaje importante y esperar la respuesta. Y es que
ya en los mensajes es muy fácil que se malinterpreten las cosas y si de por sí
te sientes muy vulnerable es muy fácil ver las cosas más negativas de lo que
son en realidad. Cara a cara tienes mejor control sobre la conversación, puedes
ver las reacciones y hay más intimidad. Puedes hacerlo uno a uno o en grupo en
un lugar donde te sientas cómodo, para mi lo fue en restaurantes y bares, pero
para otros puede ser en su casa”
Otros preferirán hablarlo a distancia:
“He
usado mucho las redes sociales para comunicar al mundo exterior sobre mi
enfermedad porque las llamadas telefónicas y hablarlo personalmente me resultan
muy estresantes. No pude decirle a mi mamá en persona cuando vivía en la
universidad y no pude hacerlo por medio de mensajes de texto. En lugar de eso,
le escribí una carta y la envié a casa… era la única manera en que sentía que podía
sacar el tema. Honestamente no recuerdo cómo lo dije a mi familia inmediata,
tal vez fue por un mensaje de texto cuando estaba ebrio”
En algunos casos puedes confiarle a un tercero la entrega
de ese mensaje:
“Cuando
toqué fondo no podía ver a mi familia. Era todo un caos y mantuve el secreto
por tanto tiempo. Entonces mi esposo les dio la noticia y yo les hablé más de
eso la siguiente vez que nos vimos en persona. Decirle a mi familia fue lo más
difícil de todo, afortunadamente mi hermana es enfermera y ella preparó un poco
el terreno con mi familia para mi”
Lo más importante es que saques el tema en la forma en
que sientas que es mejor para ti. No te desanimes si esa forma es distinta a la
manera en que crees que deberías decirlo: el simple hecho de estarte abriendo y
decirlo a los demás es suficiente.
Usa
el método que prefieras, ya sea una llamada, enviando un mensaje o hablando
cara a cara, al final lo que importa es que te sientas bien haciéndolo.
PREPARÁNDOTE
Una vez que has decidido cómo empezar la conversación, es
bueno saber qué es lo que quieres decir. ¿Se los dirás poco a poco o lo dirás
de una vez?, esto podría depender de a quién se lo digas:
“Mi
consejo sería que lo adaptes dependiendo de con quien hables. Las personas
bondadosas necesitan saberlo poco a poco, si sueles bromear con tus amigos
puedes sacar el tema casualmente y hacerles saber que responderás sus
preguntas, dentro de lo razonable”
Si vas a sacar el tema frente a frente, sería buena opción
ensayar cómo vas a empezar, esto puede ayudarte en dado caso que llegue un
momento en el que te encuentres sin palabras. Si decides enviar una carta o un
mensaje, podrías tomarte un tiempo antes de enviarla para así poder revisar que
lo que escribiste sea acorde con lo que quieres decir.
Dicho esto, hay algo que decir solo por hablar lo
que verdaderamente sientes en el momento. Ensayarlo y pensarlo
detenidamente en ocasiones pueden hacerte sentir más ansioso. Recuerda que las
personas a quienes se los dirás te aman y se preocupan por ti. No necesitas
darles un discurso merecedor de un Oscar.
QUÉ DECIR
Nuevamente, no podemos decirte con exactitud qué palabras
emplear cuando les hables acerca de tu depresión a tus seres queridos. Esto
dependerá de quién eres, tu estilo de comunicación y con quienes estás hablando.
Lo que sí es que la honestidad es muy importante, hay que
ser tan honestos y veraces como sea posible, pero las palabras que
uses deben ser las que te hagan sentir mejor.
“Cualquier
abordaje que funcione mejor para ti o con el que te sientas más cómodo para
comunicarte es bueno. Yo fui muy directo con mi depresión/ansiedad y era más
fácil para mi decir en persona que tenía un problema, pero cuando estaba
realmente comunicándolo, más que solo repitiendo un ensayo, me hacía sentir
muchas cosas.”
Prepárate para compartir tus experiencias personales.
“Creo
que es importante asegurarse de hablar de cómo te afecta
concretamente a ti, las definiciones médicas ayudan, pero las personas nos
identificamos con las historias. Explica cómo te sientes y podrás desenmascarar
algunos mitos comunes con las personas a tu alrededor”
Guíalos para que sepan cómo ayudarte
“Me
he encontrado con que la mayoría de las personas quieren ayudar, pero necesitan
orientación sobre cómo tratarme”
“Mi
hermano mayor no lo entiende muy bien, pero me apoya a su manera. Me pregunta
cómo estoy y me escucha”
“Mi
papá, afortunadamente, me envía mucha información sobre auto-ayuda”
Y recuerda, incluso cuando enfrentemos personas
complicadas, un poco de humor nunca estorba:
“No
temas bromear sobre la depresión si quieres hacerlo. Definitivamente me costó
trabajo encontrar el lado oscuro - cómico de la depresión para hacer mis
historias sobre “cómo mi vida dejó de ser lo que era” un poco menos sombrías”
BUSCANDO AYUDA
Tal vez quieras usar el recurso de un tercero (como una
página de internet con información adecuada) para ayudarte a explicar por lo
que estás atravesando.
Es especialmente útil cuando queremos decírselo a
personas que tienen un entendimiento limitado acerca de las enfermedades
mentales, o para aquellos que aprecian tener información de fuentes
“autorizadas”.
“Les
envíe una serie de links, incluyendo algunos a mi propio blog donde explicaba
la ciencia detrás de la depresión, así como caminos en los cuales la familia y
amigos pueden ayudar a aquellos que tienen la enfermedad”
Puedes incluso ayudarte teniendo una persona en quien
confías, y que ya sepa por lo que pasas, para tener apoyo moral.
“Mi
esposo vino conmigo cuando hablé con mi familia. Tenerlo a un lado mío me hizo
sentir más segura, sentía que mi familia también estaría más tranquila en su
presencia y, si acaso reaccionaban negativamente, lo tendría a él para
defenderme y consolarme”
ENFRENTÁNDONOS A LAS REACCIONES
La comunicación es un proceso entre dos: una vez que has
dado a conocer tu depresión, la persona a la que se lo has dicho naturalmente
querrá compartir sus pensamientos y sentimientos contigo.
Aunque no puedes controlar cómo responden
a la noticia (lo que puede ser diferente a como lo habías visualizado), puedes
prepararte mentalmente para su posible reacción.
Las personas en general tienen experiencias positivas en
“salir”:
“Mis padres siempre han sido grandiosos”
“Mi
padre tuvo que venir a rescatarme al trabajo cuando tuve un quiebre, él ha
estado conmigo desde el principio. Su pareja también es maravillosa y sufre de
la misma manera que yo”
“Mis padres y mi hermano son muy comprensivos”
“Mi
amiga y colega sabe porque tuve un quiebre en el trabajo y admití sollozando
que tenía depresión y que estaba muy mal. Ella me entendió y me dijo que
siempre estaría ahí para ayudarme”
“Mi
novio me ha estado apoyando en las buenas y en las malas”
“Mayormente
he tenido buena respuesta de la gente y me han ofrecido ayudarme siempre que lo
necesite”
Sin embargo, es importante que tengamos en mente que las
respuestas de algunas personas pueden estar obstaculizadas por ignorancia o
confusión:
“Siempre
es bueno intentar no esperar una reacción de los demás, algunas personas no
saben cómo reaccionar cuando hablas de enfermedades mentales e incluso cuando
intenten dar lo mejor de ellos puede resultar que lo que te dicen no es lo
mejor para ti”
Tal vez quieran saber por qué te has enfermado:
“Creo
que una de las cosas más difíciles es que las personas siempre quieren saber
por qué estás deprimido; quieren saber las causas o razones. Algunas veces solo
lo tienes, la depresión no discrimina”
También pueden preocuparse al creer que ellos han tenido
la culpa por tu enfermedad, o reaccionar negativamente por el impacto de la
noticia:
“Estuvo
llorando y llorando y no podía hablarme, y cuando pudo tranquilizarse me dijo:
¿hice algo malo?, ¿crees que algo en tu niñez pudo haberlo causado?, se lo tomó
muy personal por un tiempo”
Es necesario que estés preparado para comentarios que no
te van a ayudar:
“¡Anímate!,
¡cálmate!” - ¡¡¿¿A poco no crees que lo he intentado??!!
“Bueno
pero te ves muy bien” – Bueno es que es mi cerebro el que está enfermo, así que
no necesariamente hay señales visibles
“Piensa
en todas las personas que han pasado por cosas peores que tu” – No es necesario
porque de hecho no es una competencia
“¡Vamos,
no tienes ninguna razón para estar deprimido!” – Claro que las tengo. No tienes
idea de lo que se siente vivir con un dolor interno, además la depresión puede
ser también endógena (causada por factores externos)
“Tomar
todas esas pastillas no debe ser bueno para tu salud” – Mi enfermedad mental es
tan real y válida como cualquier enfermedad física. Si fuera diabético
tendría que tomar insulina y eso la gente no lo cuestiona
“Nunca
tuve reacciones negativas, pero incluso las personas mejor intencionadas te
dicen las clásicas: - has ejercicio, duerme bien y piensa positivo - o incluso
“pero si no te ves triste”
Y en casos muy raros, también podemos tener reacciones
dolorosas:
“Nadie
sabe porque a la única persona que le dije dejó de hablarme, ahora no confío en
nadie”
Si alguien reacciona negativamente es muy importante que
recuerdes que no es tu culpa. Y es necesario preguntarnos si
realmente somos importantes para esa persona.
“Si
no lo toman bien me ayuda pensar que eso no es un reflejo de mi sino de ellos,
es su problema. No puedes quitarte tu enfermedad y arreglarlo todo”
“¡Los
amigos que importan no les importará… y a los amigos a quienes le importa no
importan!”
“¿Cómo
lidiar con las reacciones de las personas?, esta es una gran dificultad para
mi. Incluso si quiero algo simple como empatía o simpatía, trato de decirme que
no todos pueden proveerme eso, ni es su obligación hacerlo”
POR QUÉ SER HONESTOS ACERCA DE LA DEPRESIÓN ES IMPORTANTE
Con el riesgo que conlleva que las personas reaccionen
negativamente cuando les hablas acerca de tu depresión podemos preguntarnos
entonces si es buena idea decírselo a los demás. ¿No será mejor sufrir en
silencio?
“Nadie
sabe, ni siquiera mi esposo ya que yo soy la fuerte y tranquila en la familia
(¡por fuera!) … no planeo decírselo a nadie, cuando estoy en un mal momento
nadie lo nota”
Hablar o no sobre tu depresión es completamente tu
decisión, es necesario que hagas lo que sea mejor para ti, siempre. Después de
todo es tu vida.
Hablar honestamente acerca de tus batallas y conflictos
siempre es difícil, pero ayuda.
Ser abiertos acerca de nuestra depresión nos ayuda a
construir redes de apoyo
Primero que nada, debemos saber que los que son más
cercanos a nosotros nos querrán ayudar. Si los lugares estuvieran cambiados ¿no
querrías saber por lo que ellos están pasando?
“Mi
familia y amigos no lo supieron hasta que era muy tarde y terminé en un
hospital. Ojalá lo hubieran sabido antes y tal vez hubieran podido ayudarme.
Ellos me han dicho que desearían les hubiera dicho antes para apoyarme cuando
lo necesitaba”
Ser abiertos acerca de nuestra depresión nos ayuda a
disminuir la carga
Ser honestos no nos curará la depresión, pero puede
cambiar cómo nos sentimos al respecto.
“Me
sentí muy aliviada cuando les hablé de mi enfermedad. Estuve guardando el
secreto por muchos, muchos años y era algo muy pesado. Después de hablarlo me
sentí muy libre”
Hablarlo en lugar de esconderlo nos ayuda a no sentirnos
avergonzados
“Necesitamos
hablarlo, necesitamos que la gente sepa cómo se siente. Estoy aquí llorando
porque es muy duro y frustrante batallar todos los días con lo que para los
demás es tan normal”
Ser abiertos acerca de nuestra depresión ayuda a otros
que puedan sufrir con ella también
La depresión es más común de lo que creemos, afectando a
1 de cada 6 personas. Hay muchas probabilidades de que tu honestidad les ayude
a otros a ser honestos también.
“Me
sorprendió cuántas personas me dijeron ‘Sabes, me siento muy orgullosa de que
hablaras sobre lo que te pasa. Yo he tenido esos problemas también. Siempre
puedes contar conmigo’
“No
me esperaba la cantidad de personas que reaccionaron compartiendo sus propios
problemas con la salud mental, un amigo admitió que se ha sentido deprimido
pero nunca le había dicho a nadie antes. Honestamente esas reacciones fueron
las mejores”
“Me
asombró la cantidad de personas que me han dicho que no tenían idea de lo que
yo sufría por la ‘máscara’ que siempre usaba, y de hecho también han pasado por
lo mismo que yo”
Los estigmas acerca de la enfermedad mental son,
desafortunadamente, muy reales. Siendo abiertos y honestos acerca de nuestra
depresión hacemos nuestra parte para pelear contra las actitudes negativas y la
ignorancia:
“Soy
muy abierto acerca de mi fragilidad mental, incluso en mis días más oscuros he
sido honesto y abierto. Fue una decisión consciente. Lo estuve escondiendo por
años, temeroso del estigma que se le atribuye en el mundo corporativo”
Necesitamos hablar de la depresión. Mientras más hablemos de ella, menos problema se vuelve.
“Solo
cuando todos puedan hablar abiertamente sin temor a represalias ignorantes
acerca de la salud mental, habremos ganado”

No hay comentarios.:
Publicar un comentario